Se trata de intentar tocar el cielo con los pies bien puestos en la tierra ¿no?



Yo soy autora de mi vida. Desafortunadamente lo estoy escribiendo a boli, y no puedo borrar los errores





sábado, 28 de noviembre de 2009

Te esperé


Estaba tan ilusionada. Por fin supe que vendrías. Así que fue a comprarme ropa nueva, para estar elegante cuando tú llegaras. Me fui incluso a la peluquería. Quería estar a la altura. Tu belleza no se puede igualar, pero… ¿Por qué no intentarlo? Cuando volví a mi casa, empecé a preparar una cena, que te pudiera gustar. Me esmeré tanto, que estuve hora en los fogones. Por primera vez quería que probarás algo mi. Ordené toda la casa. Ordené todos los rincones, incluso los que tú nunca verías. Cambié las sabanas a toda la casa, le quité el polvo hasta al viento. Lo arreglé todo. Puse una mesa digna de un restaurante de cinco estrellas. Todo era tan perfecto. La comida ya estaba en la mesa. Yo ya estaba lista, me había puesto la ropa nueva, y me había maquillado para ti. Puse una suave música. Algo tranquilo, nada ruidoso, que hiciera el ambiente especial. Encendí dos velas en medio de la mesa, y apagué las luces. Me senté en una silla, con los codos apoyados en la mesa, deseante de que llegaras.

Pasaban los minutos, y el timbre no sonaba. Seguro que te retrasarías. Te harías de rogar como siempre hacías. Fui al baño un par de veces a comprobar que el peinado y el maquillaje seguían en su sitio. Los minutos pasaban, y tú no aparecías. ¿Dónde estabas? ¿Dónde te habías metido? ¿Por qué tardabas tanto? ¿Por qué no venias?

Puse la tele, para pasar el rato más rápido hasta tu llegada. Me dolían los pies de los tacones, no suelo ponérmelos ¿sabes? Pero para las ocasiones especiales como está, si. Me los quité, y subí mis pies al sofá. No había nada interesante en la tele, y cada dos por tres miraba hacia la puerta, deseosa de que el timbre sonará por fin, y al abrir la puerta aparecieras. Pero nada. Silencio, solo se escuchaba el sonido leve de la televisión y las velas consumiéndose. Me tumbé en el sofá con cuidado de no deshacer el peinado. Seguía cambiando de canales, pero la puerta no se abría. ¿Por qué no venias? ¿Te habría pasado algo? Los ojos me empezaban a doler, empezaban a cerrarse solos. Tenía mucho sueño. Ya era tarde. Muy tarde. Me quedé dormida, con la esperanza de que tocaras el timbre y aparecieses. Las velas se acabaron de consumir. Yo me quedé completamente dormida, con aquel vestido que me había puesto especialmente para ti. Con aquel peinado, que ahora se había quedado en nada. Con aquella inmensa ilusión de verte, y de abrazarte. De besarte. De no soltarte nunca jamás. De cenar contigo, de compartir esperanzas e ilusiones. Pero tú nunca apareciste. Nunca me distes ninguna explicación. Nunca exististe. Solo fuistes una ilusión de mi imaginación. Por una vez pensé que serias real.

martes, 24 de noviembre de 2009

Muere...



Sabias que todo eso era especial para mí. Pero tú seguiste jugando con ellos. Me jodistes. Lo sabías. Pero te importó tres mierdas. ¿Por qué lo hiciste? Sabias que era sagrado para mí. Pero no hiciste caso. ¿Para qué?... Total, yo te importaba una mierda. ¿No es así? Nunca me demostraste nada. Nunca te importé. Nunca...Nunca me quisiste... Y me daba igual. Yo era feliz refugiándome en los brazos invisibles de mi soledad. Estaba bien con mis fantasías. Pero te diste cuenta que era feliz con eso, y tú mismo lo destruiste. Cobarde. Si me hubieras hecho caso, no estaría aquí. Tantas veces me hiciste daño, que ahora yo no sentiré nada. Mira tus ojos, en ellos veo miedo, pánico, terror. ¿No quieres que te haga daño, verdad? Sabes que este cuchillo que tengo en mis manos está muy afilado. Tú mismo lo afilaste, para matarme a mí. Pero que lastima, incluso yo, soy lista. Nunca te imaginaste esto. No me das pena. ¿Lo sabes, no? Me das asco. Nunca debí confiar en ti. Odio como me miras. Odio tu forma de caminar. Odio tu forma de hablar, tu voz. Tu mismo me has vuelto loca. Tú mismo me has convertido en lo que soy ahora. ¿Y que, si hablo sola? ¿Y que, si me invento cosas que nunca existirán? Soy feliz. Lo único que tú querías, era joderme, pero nunca lo conseguiste. Te dejaría que dijeras tus últimas palabras, pero suena muy típico, y como yo siempre he sido diferente... No dejaré que digas nada, tu mirada lo dice todo. Idiota. Muere. Sufre. Llora. Ya no puedes gritar... Ahora no tienes nada que decir ¿verdad? ¡Vamos! Ven ahora y pégame. Ven e insúltame. Llámame inútil y loca. ¡Vamos! ¡Levántate y ven hacia a mí! ¿No puedes, verdad?...
Tu sangre me envenena. Sería mejor que la limpiase. Pero quiero conservar tu recuerdo. Tu dolor. Muere hijo de puta.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Un dia despertó y vió que todo habia cambiado. Que no era el mismo mundo en el que se habia acostado anoche. Las cosas eran...diferentes. Tal vez se habia despertado en el mundo que ella siempre imaginó. Aquella que solo pasaban cosas buenas, que solo habian cosas...¿felices? Se levantó de la cama, y pudo comprobar que esa no era su habitación. Vale, en su mundo, seguia en su mismo cuarto. ¿Donde habian ido a parar todos los posters y recuerdos que ella almacenaba en la pared? Habian desaparecido. La distribución de los muebles era distinta. Salió del que ahora era su cuarto y, aquella no era su casa. Miró por todos lados, y no vió a nadie. Llamó a sus padres, pero nadie le contestó. Gritó, y solo escuchó el eco de su soledad. Silencio. ¿Donde estaba? ¿Qué estaba pasando? ¿Por que todo era tan distinto? No lo entendia. No le gustaba. Volvió al cuarto donde se habia despertado, y se volvió a tumbar, intentando quedarse dormida nuevamente, y comprobar que eso lo estaba soñando, que al despertarse de nuevo, estaria en su cuarto, y esta vez, sí, era su mundo...

jueves, 12 de noviembre de 2009

Frases de peliculas romanticas

"Odio como me hablas y también tu aspecto. No soporto que lleves mi coche ni que me mires así. Aborrezco esas botas que llevas y que leas mi pensamiento. Me repugna ...tanto lo que siento que hasta me salen las rimas. Odio que me mientas y que tengas razón, odio que alegres mi corazón, pero aún más que me hagas llorar. Odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado. Pero sobre todo odio no poder odiarte porque no te odio ni siquiera un poco, nada en absoluto."

10 razones para odiarte


No te despidas de mí. Aún no..."

Titanic



"Sólo tengo miedo de perderte"

Crepúsculo


"El amor platónico es el único amor que ha habido en mi vida"

mi pie izquierdo


"Sé que te sientes tan solo que te duele, sé que no te gusta la gente, sé que tomas demasiados cafés, sé que piensas que la vida está pasando a tu lado y no sabes exactamente cómo y sé que te has obligado a no pensar en mí, porque es rídiculo fantasear sobre alguien que has visto apenas dos veces."

Mi vida sin mí




"Nunca me habia detenido a pensar en como iba a morir...pero morir en lugar de alguien a quien se ama me parece una buena forma de acabar"

Crepúsculo


"Si tu saltas, yo salto... recuerdas?"

Titanic


martes, 10 de noviembre de 2009

Ser diferente...

La típica chica normal. La típica que se levanta temprano para ir a estudiar. Tenía muchos amigos. Pero… ¿alguien supo cómo era ella en realidad? ¿Alguien realmente la escuchó?

¿Alguien sabia como se sentía? No. Ella nunca manifestó sus sentimientos. Ella nunca le explicó a nadie sus problemas, sus amoríos, sus pensamientos. Se lo quedaba guardado dentro. Creía que a nadie le interesaba lo que a ella le pasase. Creía que a nadie le importaban sus sentimientos. Y que si se los contaba a alguien… Se reirían de ella. Nunca fue una chica muy expresiva en este tema. Y si tenía que expresarlo, lo hacía escribiendo. Era su válvula de escape. La única forma que se sentía a gusto transmitiendo sus sentimientos y emociones. Así sabía que, aunque no la conociesen en persona, tal vez había alguien que la podría comprender y entender. Tal vez había alguien que no se riera de ella por su forma de ser.

Nadie se interesó por ella nunca. Nadie le dio su amor. Siempre pensaba que era cosa de su físico. Los tíos siempre quieren a chicas modelo. Ella tal vez se había enamorado alguna vez, pero nadie se enamoró de ella. Vivía de sueños imposibles. De amores platónicos. Pues tenía una gran imaginación. Todo el mundo lo decía. Alguna vez, alguien había leído sus textos, y había quedado asombrado. Nunca pudieran imaginar tal sensibilidad en ella. ¿Pues qué era a vista de todos? Alguien normal. Cosa que ella no era. Solo aparentaba. Y estaba cansada de eso. Ella sabía que era diferente al resto de la gente. No quería ser igual que todos. No quería parecerse a nadie. No quería seguir las reglas….